Desde 1892 los propietarios de minas de Matallana venían reclamando la presencia de la fuerza armada en la comarca para asegurar la propiedad privada de las instalaciones y maquinarias y asegurar la presencia armada del poder central en unas cuencas en los que el poder reivindicativo de los sindicatos de trabajadores iba en aumento.
Para situarnos temporalmente, conviene recordar que en el año anterior, en 1891 se había construido en terreno de Robles de la Valcueva la estación de ferrocarril conocida como Estación de Matallana. En 1892 se abre al tráfico el tramo de ferrocarril de La Robla a Boñar, y poco después, en 1894 son inaugurados oficialmente los 284 kilómetros del ferrocarril de vía estrecha entre La Robla y Valmaseda, que se abren al tráfico en Septiembre.
Por fin, en 1898 se autorizó la creación de puestos de la Guardia Civil en varios sitios de la provincia leonesa, entre ellos el de Robles de la Valcueva. Este primitivo cuartel del que a día de hoy sólo se conservan las ruinas, se construyó enfrente de la Estación de Ferrocarril, en el edificio colindante con lo que fue el bar La Palma. Desde entonces y por aquello de la confusión entre el Barrio de la Estación y el pueblo de Matallana de Torío que perdura ya desde hace un siglo, a este cuartel de la Guardia Civil se le conoce como Cuartel de Matallana.
Los cuarteles que se crearon por aquella época en las cuencas mineras del norte de León, se instalaban en casas propiedad de los ayuntamientos o de particulares, mientras las compañías mineras pagaban el arriendo.
En el caso que nos ocupa el cuartel se estableció en una casa particular, y sabemos por documentos conservados en el Archivo de la Fundación Hullera Vasco Leonesa, que en 1923, que es el mismo año en que se inaugura el tramo de ferrocarril de León a la Estación de Matallana, por un acuerdo se repartió el pago del arriendo del cuartel de la Guardia Civil entre varias empresas mineras de la zona: la Compañía Anglo-Hispana, representada por Sidney Davies, la Mina Carmonda, representada por Alfonso Villar, a la vez Secretario del Ayuntamiento de Matallana y vecino de Robles de la Valcueva (el señor Alfonso), la Mina Valenciana representada por Marcelino Uriarte, la empresa Brugos y Cía., la mina del Señor Miranda y la empresa Gutiérrez y Cía., representada por Elipio Martínez.
A finales de los cincuenta un incendio destruyó el primitivo cuartel y los guardias fueron realojados en casas particulares hasta la construcción del nuevo cuartel, que es el que conocemos en la actualidad.
1 comentario:
La de veces que he pasado delante de esas ruinas sin saber que había sido el primer cuartel de la benemérita.
Buen apunte lo de que La Estación pertenece a Robles.
Gustará o no a algunos pero es la verdad.
Saludos,campeón.
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