Quizá los jóvenes de hoy se pregunten dónde ligaron sus padres, abuelos o bisabuelos. Aparte de las fiestas patronales con orquesta que se celebraban en los prados y en las plazas de los pueblos en los meses que iban de Junio a Septiembre (baile por la noche o Verbena y a veces también baile antes de la comida del mediodía o baile Vermut), durante el pasado siglo XX existieron locales de baile que funcionaban de fin de semana durante todo el año. Claro que nuestro abuelos y bisabuelos no hablaban de ligar, decían que fulanito se hablaba con menganita, o que fulanito y menganita se hablaban.
De esos locales de baile desaparecidos, de los que aún se conserva el edificio pero ya privado de su uso primitivo, la mayoría de ellos transformados en viviendas, es de lo que vamos a hablar en esta entrada.
El primero de estos locales conocido como Salón de baile del que tengo constancia, y que funcionó mucho tiempo, era el Salón de baile del tío Domingo. Era un salón en que la música era de organillo, y estaba situado en Las Viñas, pegando al cruce de la carretera León-Coyanzo con el final del camino de La Llana, pero al otro lado de la presa (el arroyo de Robles).
El segundo Salón de baile, también de la primer mitad del siglo XX era el Salón de baile de la tía Bonifacia y del tío Anselmo, y se situaba en la Calle del Sol, ya pasado el Campellín hacia la Valcueva.
El tercer local, era el Salón de baile de Agustín, y estaba situado en la carretera León-Coyanzo, muy próximo al cruce.
Luego, ya en la segunda mitad del siglo XX, el baile se empezó a realizar en un local municipal anexo al edificio de la Casa Consistorial, en el Barrio de La Estación. Era un local que el ayuntamiento alquilaba, que al principio tenía un Cine anexo, y que empezó a conocerse, modernizada la terminología como Sala de fiestas, para posteriormente pasar a llamarse Discoteca, un neologismo que había empezado a ser utilizado en Francia a mediados de los años 70 y por el que se designaba a los locales con poca luz ambiental y con una pista de baile en que con grandes altavoces un pinchadiscos ponía música a gran volumen acompañada de juegos de luces de colores.
A la Discoteca de la Estación acudían jóvenes de la Ribera del Torío desde la cabecera del valle hasta Pedrún, y cobraba entrada con derecho a consumición a los chicos, siendo libre la entrada para las mujeres. La discoteca empezó con el nombre de Everybody, regentada por Atanasio, para más tarde cambiar el nombre por el de Sarapoga, nombre con reminiscencias al de una mítica discoteca madrileña de la Gran Vía, la discoteca Pasapoga. La Discoteca de la Estación cerró sus puertas definitivamente a finales de los años ochenta, y con ella terminó un siglo de locales de baile en el pueblo.
9 comentarios:
Despues, ya en los 90´s, estubo funcionando un año regentada por una hija de pepe el del minero
bienvenida la actualización del blog en su formato semestral
Tengo casi cincuenta años, cuarenta y siete. Conocí el organillo (chinganillo) que tantas veces amenizo los bailes en el salón del Tío Domingo, al que también tuve el gusto de conocer y disfrutar de sus relatos, lo recuerdo como un buen hombre, con una historia que contar para cada ocasión. Os juro que alguna vuelta di al manubrio de aquel aparato. Cuando yo lo conocí, estaba en una tejavana en un corral del difunto Nisio e Isidora, yerno e hija respectivamente del Tío Domingo. En ese corral tiene su vivienda o la ha tenido hasta hace poco Gelo Tascón. Podría asegurar que justamente en el sitio que fue el Salón. Es curioso, pero he oído hablar de este salón a un señor de noventa y muchos años en Navatejera.
De los otros salones que comentas he oído hablar, sobre todo del de Tía Bonifacia hoy también convertido en vivienda, cualquier persona de Robles que tenga mi edad y mayores, siempre hemos oído llamar a esa vivienda El Salón.
Conocí hasta el aburrimiento el salón de La Estación, pero ya convertido en sala de fiestas, me apostaría algo que su nombre era EVERY BODY separado y sin apostrofe y S final. Me imagino que el nombre se lo propuso a Tanasio alguien que había hecho la mili fuera de León, o trabajaba de camarero en Palma (en aquellas fechas, era la única forma de salir del pueblin), entonces la gente no dominaba tanto el inglés y sin acaso lo sabía de oído.
Solo había sesión los domingos, con conjunto y todo. En los descansos, ponían algo de música con un tocadiscos, y era el momento en casi el cien por cien del público salía hasta el Capitol a tomarse algo. Cuan tuve edad para permitirme la entrada en el local ya era discoteca con los grandes pinchadiscos Snoopy y Zapico. Poco más duro aquello.
De Sarapoga con los Vallejo y muchos más después, ya os hablare otro día si me encuentro con ánimo y la demencia senil no me ha hecho efecto, pues ya está uno hecho un viejo
Se os olvida que antes de Everibody se llamó Danubio Azul.
En esa época,finales de los sesenta,lo regentaba un tal Emiliano de Villalfeide.
"Los Selenitas" de Robles,pueden dar fe de ello.
Muchas de las entradas de este Blog, como esta misma, están basadas en la historia oral, y por tanto su contenido puede estar sometido a las trampas y los engaños de la memoria. Por la edad que tiene el que esto escribe no ha llegado a conocer muchas de las cosas recogidas en la entrada. Sin embargo las entradas tienen también el fin de catalizar comentarios sobre aquella época, muchos de ellos con más valor incluso que la misma entrada. Los que aportan sus comentarios, son en definitiva tan coautores del Blog como el redactor de la entrada. Y yendo un poco más al grano, parece ser que efectivamente la discoteca se llamaba Everybody, y no Everybody's, por lo que procedo a corregir la entrada.
Antes que Emiliano, también regentó el cine y el salón un tal Marcos, casualmente también de Villalfeide. En verano el baile se hacía en la Pista. Una zona hormigonada que llegaba desde la puerta hasta la fachada de la casa de Segundo el carnicero, al fondo había un pequeño bar, un mostrador de ladrillo con unos tablones encima. Durante los años que el Instituto ocupó los locales del Ayuntamiento, esta pista se aprovechaba como campo gimnasia.
Evidentemente, yo no pude estar nunca en el baile en esa pista, muy precoz tendría que haber sido.
Conocí el cine funcionando todos los domingos y creo que también algún día de diario. Recuerdo el revuelo que se armó con la película El Doctor Zhivago, de su contenido “amoral” se trato en algún sermón de los domingos.
Después, el cine solo funcionaba el día de Santa Bárbara patrocinado por La Vasco. Con el paso de los años y el descuido de la administración, el cine se cayó, Durante una semana de no me acuerdo que verano, gane algún jornal sacando los ladrillos que habían caído para la finca colindante. Bien me vino para ir de fiesta
jaja te hackeare el blog
Al último anónimo decirle que: de roña envidia y basura está el mundo lleno, quien no es capaz de crear, al menos que no destruya
Desconozco lo sucedido con ese local antes de los años 90 y los nombres que pudiera tener, pero lo que sí recuerdo perfectamente es que en el 94 se llamaba El Pedregal y yo (nacida en el 80) bailé dentro varias veces.
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